jueves, 22 de noviembre de 2007

Cortometraje de 3 años.



Nunca hubo aviso, simplemente sucedió como una hoja seca que cae del árbol y reposa, bella y frágil, sobre el césped. Aquel suceso tornó en sentimiento e intensificó, arremetiéndonos y arrinconándonos aunque no reconozcamos paredes, ni encuentros geométricos entre ellas. Nuestro amor no es un nexo cósmico, una afinidad eterna, o la pasión del secreto, es nuestro ámbito común, todo espacio que nos rodee, todo suelo en el cual se posan nuestras zuelas.

Hace mucho que vencimos al tiempo en el ajedrez de horarios, en ese juego de mesa somos ficha blanca y ficha negra, tablero y mano. Juntos el día no es más que un segundo, más que un fragmento mínimo de compañía pero abarca nuestro existir desde la primera palabra de nuestro cuento hasta hoy.

¿Me pregunto si alguna vez alguien más ha vivido en una fotografía o en un libro? Congelado, pero no quieto, ahogado por la pasión estática del dinamismo, como ella frente a una carta de amor, como la paradoja de los gemelos y el espacio. Muchos piden coherencia y final, comienzo y trama, argumento y tecnicismos, mientras nosotros, abrazados al borde de una mesa y una lámpara, avanzamos sin secuencia, sin hacer bulla, sin el conteo inevitable de los días, alarmados por el 23 de cada mes pues es un día fuera del almanaque, considerado solamente en los años trisiestos. Créannos. Así envejecemos lentamente, uno al lado del otro, existiendo tan sólo en Enero y Agosto. En las afueras la fauna mágica nos sigue pues son conocedores del don de mi amada.

Por lo tanto somos lo desconocido, la tercera cara de una hoja de papel. Es tan fuerte mi hábito por su cuento, por nuestro cuento, justamente el cuento, ese que se crea gracias al cierre de su palma, las líneas delgadas de sus labios cual renglón. Justamente ese cuento. Es tan difícil cerrar su libro, nuestro libro, la portada me mira deseosa, el prólogo asfalta una senda, facilita la felicidad. Es tan difícil cerrar su libro, evitar repetir las frases, recordar que hice o que dijiste, olvidar su mirada. Imagina a tu autor preferido en tu lecho, un hilo vivo llenando una pluma, tomar café, departir, volver a tomar café, silenciar la bulla externa.

Papel de liar igual convergencia.

domingo, 18 de noviembre de 2007

Algo

Muerto. Ahora estoy muerto y anónimo. Sin titulo. En las praderas de ciertos milímetros corren blancas discusiones que no son de las primeras. Multiplicación de armadura.

viernes, 16 de noviembre de 2007



Entre las músicas, una niña de cercanías camina deslizando su vestido. La luna, casi seca y rota, corroe la luz y crea sombras ensimismadas que juegan. Ella se pierde en las cortinas con los cachorros diáfanos del parquét, en un juego extraño de vicisitudes combinadas y operadas de otros modos, azulejos y plazas milimétricas sienten su paso.

Con su séquito de números grabados, derivados del cían, sonríe burlonamente en un quehacer único, misterioso como sus paseos de jaula en jaula, la solución de un siempre, de un eterno que se asombra con los colores vivos de seres sin pelaje. Sus detenciones son la onomatopeya mágica de la linea fronteriza para ajenos silencios, el palpitar de un cascabel feliz que construyó el pasillo.
Sus consultas imaginan y viven señales para ciegos. Absolutas las filas que imagina, dejando absortas a las presencias divinas de piedra o las cajas autoritarias de cartón.
A la noche aún juega en brincos inevitables de tiempo que no la conciernen, como uno de esos gatitos dorados que se ofertan en las calles chinas y a los que le mueves la pata y nunca se detienen, mecanismo demente del péndulo. Extraño mucho cuando todo era así, cuando parques sin milenio no sentían su paso al igual que las mañas tierna de un volantín.

martes, 13 de noviembre de 2007

Me enseñaron sobre babiecas.


"El buen vestir es necesario
para la estafa, para timar
al homo videns pues así se guían.
Nadie sabe quienes somos en los grandes
almacenes ni por que somos,
y menos que nunca volverán a ver su mercancía"



Sería demasiado vacío y fácil no querer y no respetar a una persona como yo, evitando así la bifurcación y el adaptar. Mucho ignoran los frecuentes comentarios insalubres de terceros , la sobre producción de sueños entre ofuscaciones de rúbrica, el corte que no se puede dar, el animismo sobre las llaves, los ludos inolvidables de probador, algunas quietas gemas de énfasis, y , sobre todo, la imposibilidad que dejó de lado al manuscrito.

Ya no puedo agujerear con el cigarro.

Sería demasiado vacío y fácil, más que todo vacío, querer y respetar a alguien símil con quien imitarme, cavar más bajo, adentrarnos en el escondrijo colonial del tráfico verde por el cual muchas temen, debilitadas por la caminata de las sombras y de lo menos caro. Que desperdicio ahorrar de ese modo, sin pisar micro comercios. Por eso estoy habilitado y adherido al espiral, a los charcos grandes, a la tez que antoja, a despertarme sabiendo cual enredadera sube por mi pierna, cuantas curvas da, que envolturas debo corromper, donde hay un espacio de espera que no niega el saludo y del cual no se retiran acongojados los correctores.

Descubrimos gorriones caídos al borde del sardinel y sus pequeños picos llenos de hormigas silban la circunstancia.

Tristes almuerzos pospuestos por cuestiones de universidad, por ese tiempo presente que uno invierte en si mismo benignamente. He extrañado siluetas y flautas de guardería frente a los puestos de periódicos, comentarios y hallazgos sarcásticos en las contracarátulas. Como sueño en mi vigilia, como me aburre un día sin tarántulas sobre el rostro, sin la afanosa armada liberando proyectiles del cutis y los tristes cachorros en una vitrina.

Objetivos de paz, al menos en mi contexto.

Este "escrito" es el más largo de mi vínculo en rehabilitación, como toda mañana en la que leo un libro de cuentos aplacador de dádivas, entretenido nuestro modo de aguardar algo maligno y deseoso de repitencias infinitas en remordimientos o silencios, pero el mutismo de la conciencia es amplio en estos casos, cuando el acto es justificado por la expedición de la serenidad que ama. Doy nudos violentos a ciertas historias para que concluyan un júbilo que nunca llegaría con el tiempo.

lunes, 12 de noviembre de 2007

Torta de Hueso.

Esperar, aguantar el hambre, pensar en el porvernir por cinco horas, saber que estas perdiendo tiempo y aún así seguir ahí.

Esperar, contenerse, sentarse en una silla dura en madrugada, olvidar que es desventaja que te abandone el tiempo cuando avanza y que alguien te salude y tú lo ignores.

Esperar, contenerse, aguardar, comer algún suceso muy cercano sin percatarse, vigilar tras un árbol la puerta del desinterés, esperando aprender su rutina.

Esperar, contenerse, aguardar, estar tranquilo, permanecer , pasar de pie la noche entera en una estación de tranvía y colaborarle al mismo mendigo nueve veces, rezagar del rebaño y aprender que estas ahí y que sólo así percibes componentes.

Esperar, contenerse, aguardar, estar tranquilo, permanecer, mantener la calma, retener , espectar tranquilamente desde una loma el derrumbre de tu casa ya que todo lo que y a quien necesitas está contigo; establecerte en una hamaca situada en lo alto de una montaña, oír Bethoveen mientras ves como el tsunami con lo inferior arrasa.



miércoles, 7 de noviembre de 2007

Elt, seudónimo con aparente sin razón.


Espinazo como esencia de idea, como apócope de este expresivo indio cuyos padres, alguna vez, leyeron literatura europea. Poco lumínico el espectro que
coexiste sin cuenta regresiva, rutilante sombra bajo la crueldad de la cereza: fruta con ámbito tenebroso y hartazgo de tragicomedias. Lucir más ancianidad de la que el tiempo predispone o aproxima da reseña de tu adultez de infante, tu gusto por el THC, el añejamiento de frutas, y la evolución de la base.

Luces disgusto, noble acción, afirmación de cámaras, tiniebla deletreada. Corten. Corten cuna, corten cetáceo, corten todo menos el fluido selvático de mi estrella circulatoria, mi vena estelar. En lo recóndito de la baja selva vivían mis ancestros subyugando constrictoras, ilusionados con el proceso magnificador de rostros que obvia el paso y la prioridad de la tinta vegetal. Y aunque alejada estuvo la lucidez pudo comunicar a la aldea que la cocción de la abuela necesita de otra hoja para equilibrar el auto-conocimiento. Es benigno y cierto. Sabor de raíz.

Mis bellos lados siempre me acompañan al impedir la ley, hobbie nocturno de la bomba y la difusión de etiquetas, sensación de estar sin ser. Onírico mi estilo, mi alucinación se aproxima al ser puntiagudo y al ojo que lo humaniza. Ya que es de día cierro el cuerpo y lanzo, lanzo visión. Ondas no me hablan, ni me desean, simplemente soslayan.

domingo, 4 de noviembre de 2007

Puntos sin "íes". Aura violeta.

Abercrombie. Cuantas veces caigo en ese punto sin más sorpresa que nuevas notas en el fragmento de la vida antónima. Si el abandono fue la solidificación de su estatua, la causa de un instante empujado por tantas veces, tantas veces, el abandono es también la detención del distrito sin bus, el comentario rechazado, el correo no deseado.

Cuando uno no sabe si aquellas nuevas televisiones se malogran o se descomponen llega el equilibrio entre las proporciones humanas y el escultor.

sábado, 3 de noviembre de 2007

Lyrurus.


Vocalizar es un golpe al saco de teorema, de arena. La realidad es improvisación. Otro estentóreo round en el ring del púgil rimado. Proseguir. Pròximos años. Mas Eventos.

viernes, 2 de noviembre de 2007

porque no? desconocidos tambien se cruzan.


Conocido este rumbo de oblicua, tiempo de refrigerio cercano al desconocimiento mortal del libertador y sus siestas imprevistas durante la vigilia de otros. Aquellas parihuanas y su familiaridad con lo onírico flamean entre el gusto anti natural que hoy se expande, mientras su eterna consecuencia en el territorio da el pecho y el cubil. Magenta y blanco no es rojo y blanco, es un espejo roto.

Esta superstición es el escalafón sin escalante, mi paso bajo la humarada negra de los gatos. Lejos de la izquierda, del despertar por los rumbos antes mencionados, existe otro credo que nombra un Jesús superior, que no cree en lineas que corten tierras ni en un orden que manche mesas. Anoche, regresando de un colapso de éter, me derivaron al caos de la plazuela y el camal. Aunque todos lo objeten, en los hospitales el caos y el cosmos son lo mismo, en las clínicas no existe la vida.

Recuerdo la cercanía y popularidad de esta plaza donde no hay hospitales pero abunda la enfermedad, el virus del azueto, el aburrimiento que lleva a la acción hacia un contrato de naturalezas, la fricción contra los soles, unos astros que nacieron para consumir lo mudable del actor terrenal.