Dime si estas sobre tu móvil, conectada al mundo. Ven y dime si andas en esos puntos, en esa mimética noche, mira a la izquierda y a la derecha sincronizadamente como la suerte del camaleón.
Suerte es la que se oculta en los árboles diciendo que cada eslabón esta en su sitio, suerte la de conocerte en la bohemia de un negativo, de una flor que se mira a si misma. Es inverosímil pero todo tiene un nexo en estos barrios, aunque es extraño observar lugares que simulan serlo como si se tratara de un atractivo turístico. Los que son no quieren, y los que no son desean.
Barrio, ultimamente estoy fuera de la gota, inconexo, sin saber del sistema neuronal de estos espejos, sin salir a las 8, sin regresar a las 6. Muero como vidente y como todos en estas horas, las verdaderos horas, las que administras con relojes, pero... pero búscate, búscame en este tiempo desconexo, en el que laboran las almas y los que serán, tal cual un pequeño niño, pequeño Mauro al que le llaman la atención los tomacorrientes y las tijeras, el que debe aprender de estar en linea con el engranaje. Desearía que no.
martes, 2 de septiembre de 2008
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